¡Híjole!, y la justicia se hizo: mataron a la urraca, de quien, se presume, pesaba el cargo del homicidio del buen tío Chalé, alias Juan Bautista Chalé Palomo.
De no ser por que se trata de un hecho aislado, ya me estaría preocupando en estos momentos, ya que, a raíz del descabezado, las ejecuciones en contra de policías, el asesinato de la señora del servifresco en la García Ginerés, el homicidio del Manny, la narcofinca, la presencia militar, etc. cualquier yucateco mal intencionado y abusivo de la desconfianza pensaría que las redes del crimen organizado están tejiéndose en el Estado.
De verdad que es un abuso porque, digo, que les cuesta al menos tener la clase y decencia del bien ponderado Wafé, que, en un alarde de buen gusto y amor a las buenas costumbres, se dedica a sonreírle a las cámaras fotográficas, cual Paris Hilton de reven, con tal de ocultar el gran dolor que le causa la pérdida de un ser amado a manos de otro ser amado: él.
Y es que, mientras la ola de ejecutados se siga dando del centro de la República para arriba, que más nos puede preocupar; vaya, ya ni las colas eternas/nocturnas que se avientan maratónicamente los padres de familia para ocupar un lugarcillo en una escuela pública de mala calidad me tienen tan asustado como el hecho de que, ahora sí, ya no podremos saber quién fue el que mandó matar al tío Chalé, ya que, desde que Miguel Cámara (la urraca…rrana) decidió partir al otro mundo con tres casquillos percutidos pa´l camino, las evidencias, las huellas dactilares, las implicaciones, lo lógico y lo bien sabido, quedarán en el plano de las suposiciones, pues esta urraca se nos fue y con él, la respuesta al crimen del Chalé.
De no ser por que se trata de un hecho aislado, ya me estaría preocupando en estos momentos, ya que, a raíz del descabezado, las ejecuciones en contra de policías, el asesinato de la señora del servifresco en la García Ginerés, el homicidio del Manny, la narcofinca, la presencia militar, etc. cualquier yucateco mal intencionado y abusivo de la desconfianza pensaría que las redes del crimen organizado están tejiéndose en el Estado.
De verdad que es un abuso porque, digo, que les cuesta al menos tener la clase y decencia del bien ponderado Wafé, que, en un alarde de buen gusto y amor a las buenas costumbres, se dedica a sonreírle a las cámaras fotográficas, cual Paris Hilton de reven, con tal de ocultar el gran dolor que le causa la pérdida de un ser amado a manos de otro ser amado: él.
Y es que, mientras la ola de ejecutados se siga dando del centro de la República para arriba, que más nos puede preocupar; vaya, ya ni las colas eternas/nocturnas que se avientan maratónicamente los padres de familia para ocupar un lugarcillo en una escuela pública de mala calidad me tienen tan asustado como el hecho de que, ahora sí, ya no podremos saber quién fue el que mandó matar al tío Chalé, ya que, desde que Miguel Cámara (la urraca…rrana) decidió partir al otro mundo con tres casquillos percutidos pa´l camino, las evidencias, las huellas dactilares, las implicaciones, lo lógico y lo bien sabido, quedarán en el plano de las suposiciones, pues esta urraca se nos fue y con él, la respuesta al crimen del Chalé.
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